Los han rebautizado como «los terroristas islámicos de ojos azules».
Son la más reciente criatura de Osama bin Laden. Una quintacolumna de conversos que aspiran al extremo sacrificio de la vida para aniquilar Occidente.
Un Occidente del que han renegado para abrazar la causa de la Umma, la nación islámica. Para los 007 occidentales, la tarea es ardua. Porque son difíciles de encontrar. Están perfectamente mimetizados en el ambiente natural del que forman parte. Son semejantes en todo y para todo a sus convecinos, excepto por aquello que esconden en su alma y en su mente.
Consciente de su increíble potencialidad destructiva, Bin Laden promovió a los más altos niveles directivos de Al Qaeda a toda una serie de occidentales fanáticos de Alá.
Tras haber privatizado el terrorismo islámico gracias a su enorme fortuna, tras haberlo globalizado siguiendo la lógica y utilizando los instrumentos de la modernidad, el jeque del terror quiere ir más allá en su desafío a Occidente y ha decidido combatirlo desde su propio seno y con sus propios ciudadanos.
El escenario que se prevé es sumamente inquietante. Una especie de suicidio colectivo promovido por quienes han hecho de la fe en el martirio su única razón de vivir. Frente a esto, el 11 de Septiembre puede quedar reducido sólo a un trágico recuerdo, un acontecimiento excepcional e irrepetible.
El escenario que se prevé es sumamente inquietante. Una especie de suicidio colectivo promovido por quienes han hecho de la fe en el martirio su única razón de vivir. Frente a esto, el 11 de Septiembre puede quedar reducido sólo a un trágico recuerdo, un acontecimiento excepcional e irrepetible.
De las cenizas de las Torres Gemelas surgió la determinación de la superpotencia mundial de decapitar al monstruo.
Pero, al igual que una hidra capaz de regenerarse, Al Qaeda multiplicó sus propias células en los cuatro puntos cardinales de la Tierra. Incluido en el rico y odiado Occidente. Y terminó por dotarse, por opción o por obligación, de una mentalidad y de una praxis occidentales, con un profundo sentido del pragmatismo y del oportunismo.
Si hasta hace sólo dos años, el converso desempeñaba misiones de naturaleza logística, hoy lo encontramos a la cabeza espiritual y política de la comunidad, cuyos miembros son musulmanes autóctonos.
Si hasta hace sólo dos años, el converso desempeñaba misiones de naturaleza logística, hoy lo encontramos a la cabeza espiritual y política de la comunidad, cuyos miembros son musulmanes autóctonos.
Desde la retaguardia de la yihad, la guerra santa, han sido catapultados a la primera línea del frente. Hoy, los conversos desempeñan un papel importantísimo en el seno de la más temible central del terrorismo internacional.
Dos son los personajes que han marcado esta sensacional y desconcertante pirueta. El primero fue Asif Mohamed Hanif, un joven británico de apenas 21 años, originario de Pakistán. Vivía desde los dos años en Derby, en el norte de Londres. Era un estudiante más.Y sin embargo, el 30 de abril de 2003 se inmoló con su chaleco repleto de explosivos en un café de Tel Aviv, ocasionando tres muertos. Se convirtió así en el primer kamikaze islámico con ciudadanía europea. Sólo después de su muerte se descubrió que, durante la temporada que pasó estudiando en Siria, Asif fue reclutado por Hamas, la central del terror palestina que ha reivindicado la mayoría de los atentados suicidas contra los israelíes.
El segundo personaje es Antoine Robert, un francés treintañero. Se había convertido al islam en 1989. Y como suele pasar a menudo con los conversos, se casó con una musulmana, de nombre Fátima. En 1996, se trasladó a Tánger (Marruecos), la ciudad natal de su mujer. Oficialmente, se ocupaba de la compraventa de coches usados. De hecho, tras haber pasado una temporada en Afganistán en un campo de la guerrilla de Al Qaeda, fue coronado emir, es decir, guía religioso y político de las células islámicas de la Salafiya Yihadiya de Tánger.
Dos son los personajes que han marcado esta sensacional y desconcertante pirueta. El primero fue Asif Mohamed Hanif, un joven británico de apenas 21 años, originario de Pakistán. Vivía desde los dos años en Derby, en el norte de Londres. Era un estudiante más.Y sin embargo, el 30 de abril de 2003 se inmoló con su chaleco repleto de explosivos en un café de Tel Aviv, ocasionando tres muertos. Se convirtió así en el primer kamikaze islámico con ciudadanía europea. Sólo después de su muerte se descubrió que, durante la temporada que pasó estudiando en Siria, Asif fue reclutado por Hamas, la central del terror palestina que ha reivindicado la mayoría de los atentados suicidas contra los israelíes.
El segundo personaje es Antoine Robert, un francés treintañero. Se había convertido al islam en 1989. Y como suele pasar a menudo con los conversos, se casó con una musulmana, de nombre Fátima. En 1996, se trasladó a Tánger (Marruecos), la ciudad natal de su mujer. Oficialmente, se ocupaba de la compraventa de coches usados. De hecho, tras haber pasado una temporada en Afganistán en un campo de la guerrilla de Al Qaeda, fue coronado emir, es decir, guía religioso y político de las células islámicas de la Salafiya Yihadiya de Tánger.
Se trata de la más peligrosa sigla del terrorismo islámico, que conjuga la intransigencia dogmática de los fundamentalistas salafistas con la feroz crueldad de los yihadistas, los paladines de la guerra santa.
Tras los sangrientos y múltiples atentados terroristas del 16 de mayo pasado en Casablanca, que costaron la vida a 45 personas, las investigaciones le señalan como la mente y el organizador de este bárbaro atentado. Si el proceso, actualmente en curso, confirmase las acusaciones, Antoine Robert sería el primer converso europeo en haber ordenado y ejecutado una matanza en tierra islámica, cuyas víctimas en su mayor parte fueron turistas occidentales y ciudadanos hebreos.
Según un experto francés en lucha antiterrorista, citado por el semanario saudí Al Majalla, la transición de los conversos occidentales de la retaguardia a la vanguardia de Al Qaeda se realiza en cuatro fases.
Tras los sangrientos y múltiples atentados terroristas del 16 de mayo pasado en Casablanca, que costaron la vida a 45 personas, las investigaciones le señalan como la mente y el organizador de este bárbaro atentado. Si el proceso, actualmente en curso, confirmase las acusaciones, Antoine Robert sería el primer converso europeo en haber ordenado y ejecutado una matanza en tierra islámica, cuyas víctimas en su mayor parte fueron turistas occidentales y ciudadanos hebreos.
Según un experto francés en lucha antiterrorista, citado por el semanario saudí Al Majalla, la transición de los conversos occidentales de la retaguardia a la vanguardia de Al Qaeda se realiza en cuatro fases.
En una primera fase, a los conversos se les confían misiones auxiliares en el ámbito de la logística. Tenían que ayudar de diferentes maneras a las células durmientes de Al Qaeda, cooperando en la recogida de documentos falsos y de dinero o, incluso, asegurando la hospitalidad de los militantes en fuga.
En un segundo momento, los conversos entraron a formar parte de los núcleos combatientes. Decenas de ellos comenzaron a llegar a Afganistán, frecuentando los campos de adoctrinamiento ideológico y de entrenamiento de la guerrilla de Bin Laden.
La tercera fase llevó a los conversos a desempeñar operaciones especiales en el ámbito de la guerra total desencadenada a golpe de atentados terroristas. En este ámbito se colocan los casos de José Padilla, el americano de origen portorriqueño detenido en el aeropuerto de Chicago el 8 de mayo de 2002 y acusado de preparar un atentado terrorista con una bomba sucia radiactiva.
La tercera fase llevó a los conversos a desempeñar operaciones especiales en el ámbito de la guerra total desencadenada a golpe de atentados terroristas. En este ámbito se colocan los casos de José Padilla, el americano de origen portorriqueño detenido en el aeropuerto de Chicago el 8 de mayo de 2002 y acusado de preparar un atentado terrorista con una bomba sucia radiactiva.
O el caso de Richard Reid, el británico de origen jamaicano detenido en Boston el 22 de diciembre de 2001, tras haber intentado hacer explotar un avión de la American Airlines en el que viajaba con una bomba escondida en la suela de sus zapatillas.
En la cuarta fase, los conversos alcanzan el rango de líderes espirituales y políticos de la comunidad musulmana, como es el caso de Robert.
Paradojas de la Historia, precisamente mientras bulle el debate sobre la exaltación de las raíces cristianas de la identidad europea, el Viejo Continente se ha transformado de hecho en una nueva Meca del radicalismo islámico. «Dios nos ama porque Europa está en nuestras manos», dice el militante tunecino Lased bin Heni a su compatriota Essid Sami bin Jemais, antes de que este último fuese detenido en Milán en 2001.
El islamismo termina por apagar la crisis de identidad de los jóvenes musulmanes que no consiguen o no quieren adherirse al sistema de valores vigente en Occidente.
Paradojas de la Historia, precisamente mientras bulle el debate sobre la exaltación de las raíces cristianas de la identidad europea, el Viejo Continente se ha transformado de hecho en una nueva Meca del radicalismo islámico. «Dios nos ama porque Europa está en nuestras manos», dice el militante tunecino Lased bin Heni a su compatriota Essid Sami bin Jemais, antes de que este último fuese detenido en Milán en 2001.
El islamismo termina por apagar la crisis de identidad de los jóvenes musulmanes que no consiguen o no quieren adherirse al sistema de valores vigente en Occidente.
Tal es el caso de Mohamed Atta, Marwan al-Shehhi y Ziad Jarrah, los pilotos kamikazes del 11 de Septiembre. Tres estudiantes modelos, laicos bienpensantes, convertidos al radicalismo islámico y a la fe en el martirio en Hamburgo. Dos años después del más clamoroso atentado terrorista de la Historia, Occidente está descubriendo que los problemas de fondo están en su seno.
Fuente: El Mundo
Fecha: 11.09.03
Fuente: El Mundo
Fecha: 11.09.03
Durante los últimos 20 años, el número de musulmanes en el mundo ha aumentado considerablemente. Actualmente, una de cada cuatro personas es musulmana.
Es probable que la población musulmana continué creciendo y el Islam se convierta en la religión más numerosa del mundo. La razón de este continuo crecimiento, no es solo el incremento de la población en los países musulmanes, sino el gran numero de personas que se convierten al Islam.
Europa es sin duda el Continente donde el Islam esta creciendo más rápidamente. Aunque el aumento de la inmigración es la causa principal del crecimiento de la población musulmana, muchas investigaciones señalan que también influye el gran número de conversos.
El Islam es la religión de mayor expansión en Europa, de acuerdo con el reportaje publicado por la Agencia Francesa de inteligencia domestica.
Europa tiene la obligación moral de velar por sus creencias y su pasado. La dignidad humana y los derechos humanos deben presentarse como valores a ser respetados. Sin estos derechos fundamentales no puede construirse una sociedad.
El matrimonio monógamo, como estructura fundamental de la relación entre hombre y mujer y, al mismo tiempo, como célula en la formación de la comunidad estatal. Europa dejaría de ser Europa para convertirse en Eurabia, si finalmente renunciara a sus valores, sus creencias morales y espirituales desaparecieran o cambiase algo de su esencia.
Testimonios de Españolas conversas al Islam.
"Los han rebautizado como «los terroristas islámicos de ojos azules»."
ResponderEliminarni que los occidentales fuerais los unicos con los "ojos azules"...te recuerdo que la mayoria de bosnios,albaneses,kosovares,afganos,iranies,kurdos, y tajikos,y minorias en turquia,turkemenistan...tambien son indoeuropeos,y tambien tienen ojos azules..y llevan siendo musulmanes desde hace MUUUCCHHHHHOOOO TIEMMMMMPOOOOOOOO....
Menos mal que siempre habrá un Bactrio que ponga las cosas en su sitio.
ResponderEliminar¡Un abrazo, amigo!
Cordura
jajajaja.hermano cordura!!salam!!sin lugar a dudas eres un gran cristiano!!una gran persona sin lugar a dudas...
ResponderEliminarsalam!
Siempre habrá perturbados mentales, ellos son la fuerza de brazo de estos lacayos de alá.
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