Polémica en Francia
Anulan la boda porque la novia no era virgen
Mintió a su novio, musulmán como ella
PARIS.– Un escándalo de proporciones nacionales acaba de estallar en Francia por la decisión del tribunal de justicia que anuló el matrimonio de una pareja de musulmanes porque la novia le había mentido... en cuanto a su virginidad.
El tribunal de la ciudad de Lille aplica el artículo 180 del Código Civil francés que considera motivo de divorcio cuando uno de los dos cónyuges alega el incumplimiento de algunos de los acuerdos por “error de las cualidades esenciales” de la mujer.La justicia invalido en abril esa boda a petición del esposo, un ingeniero de 30 años, 10 años mayor que ella, que descubrió el engaño la noche de bodas, el 8 de julio de 2006.
Esa misma madrugada, el marido comunicó a sus allegados que su esposa no era virgen, antes de devolverla a la familia.
El tribunal de Lille, sin embargo, fue apoyado por la ministra Rachida Dati, de origen magrebí, una mujer que conoce perfectamente ese drama porque lo padeció en su juventud. Dati es musulmana y su familia la casó por conveniencia y también tuvo que divorciarse inmediatamente. La ministra tiene el corazón dividido. Por una parte, su fuero interno la lleva a condenar las prácticas machistas y denigrantes hacia la mujer por parte de una mayoría de seguidores del Islam. Pero, por otro lado, quiere defender la ley francesa de divorcio-exprés que tan útil fue para ella y para muchas otras chicas que pudieron salir rápidamente de una situación desagradable y no querida. Si el marido se siente ofendido por una cuestión tan troglodita como la virginidad, está claro que no se merece seguir con su esposa y el divorcio será bueno para ella ya que le abre una nueva oportunidad de encontrar a alguien que haya evolucionado más allá de la Edad Media, que la quiera de verdad, por encima de si tiene o no el himen intacto.
La noticia, que se conoció el jueves y que no tendría precedente en Francia, causó la indignación de feministas y asociaciones antirracistas y laicas, y provocó la intervención de la clase política. Todos consideran que esa anulación viola los derechos femeninos más elementales. El hecho de que la anulación fue solicitada por un musulmán, respondiendo a una exigencia cultural, eriza a los defensores del laicismo francés. "Se trata de una decisión chocante que avala un integrismo arcaico", afirmó el diputado del partido gobernante UMP, Jacques Myard.
La secretaria de Estado del Derecho de la Mujer, Valérie Letard, se declaró “consternada” al ver cómo hoy en Francia “algunas disposiciones del Código Civil conducen [...] a una regresión del estatuto de la mujer”. En efecto, el código civil francés estipula que "si hay un error en la persona o en sus cualidades esenciales, el otro cónyuge puede solicitar la nulidad de la unión", explicó la abogada Isabelle Durand.
La conocida asociación feminista Ni Putes ni Soumises [Ni Putas ni Sometidas] deploró esta "regresión" y que "en Francia la virginidad pudiera ser considerada una cualidad esencial" y reclamó un cambio en la legislación. Pero el abogado del marido, Xavier Labbee, negó que la religión tuviera algo que ver con el veredicto. Numerosos juristas están de acuerdo con esa interpretación.
Por su parte, la oposición socialista denunció un dictamen que "se mofa del derecho de las mujeres a disponer de su cuerpo y vivir su sexualidad libremente, como los hombres". La célebre filósofa y feminista Elisabeth Badinter dijo que la Justicia "debería defender a las mujeres musulmanas, y no presionarlas".
"El resultado final será que algunas jóvenes musulmanas irán a hospitales para que les vuelvan a coser su himen", agregó.
"Cada año, hay en Francia unas 300 anulaciones. Y nadie se escandaliza cuando la anulación se hace por causa de impotencia o porque uno de los cónyuges ocultó que se había prostituido", advierte. La cláusula en cuestión ha sido usada para invalidar matrimonios en los cuales una persona descubrió después que el otro había ocultado un divorcio o tenía una incapacidad física o mental que hacía imposible llevar una vida sexual normal.
Aunque todo este asunto tenga apariencia de favorecer la intolerancia del esposo, en el fondo a quien va acabar protegiendo es a esta joven estudiante de enfermería de 20 años que podrá iniciar una nueva vida en libertad y lejos de la opresión
Los musulmanes representan cerca del 8% de la población en Francia, país que defiende vigorosamente su sistema laico y llega hasta prohibir todos los signos de pertenencia religiosa (velos islámicos, kipás, crucifijos, etcétera) en la administración pública y las escuelas.
Anulan la boda porque la novia no era virgen
Mintió a su novio, musulmán como ella
PARIS.– Un escándalo de proporciones nacionales acaba de estallar en Francia por la decisión del tribunal de justicia que anuló el matrimonio de una pareja de musulmanes porque la novia le había mentido... en cuanto a su virginidad.
El tribunal de la ciudad de Lille aplica el artículo 180 del Código Civil francés que considera motivo de divorcio cuando uno de los dos cónyuges alega el incumplimiento de algunos de los acuerdos por “error de las cualidades esenciales” de la mujer.La justicia invalido en abril esa boda a petición del esposo, un ingeniero de 30 años, 10 años mayor que ella, que descubrió el engaño la noche de bodas, el 8 de julio de 2006.
Esa misma madrugada, el marido comunicó a sus allegados que su esposa no era virgen, antes de devolverla a la familia.
El tribunal de Lille, sin embargo, fue apoyado por la ministra Rachida Dati, de origen magrebí, una mujer que conoce perfectamente ese drama porque lo padeció en su juventud. Dati es musulmana y su familia la casó por conveniencia y también tuvo que divorciarse inmediatamente. La ministra tiene el corazón dividido. Por una parte, su fuero interno la lleva a condenar las prácticas machistas y denigrantes hacia la mujer por parte de una mayoría de seguidores del Islam. Pero, por otro lado, quiere defender la ley francesa de divorcio-exprés que tan útil fue para ella y para muchas otras chicas que pudieron salir rápidamente de una situación desagradable y no querida. Si el marido se siente ofendido por una cuestión tan troglodita como la virginidad, está claro que no se merece seguir con su esposa y el divorcio será bueno para ella ya que le abre una nueva oportunidad de encontrar a alguien que haya evolucionado más allá de la Edad Media, que la quiera de verdad, por encima de si tiene o no el himen intacto.
La noticia, que se conoció el jueves y que no tendría precedente en Francia, causó la indignación de feministas y asociaciones antirracistas y laicas, y provocó la intervención de la clase política. Todos consideran que esa anulación viola los derechos femeninos más elementales. El hecho de que la anulación fue solicitada por un musulmán, respondiendo a una exigencia cultural, eriza a los defensores del laicismo francés. "Se trata de una decisión chocante que avala un integrismo arcaico", afirmó el diputado del partido gobernante UMP, Jacques Myard.
La secretaria de Estado del Derecho de la Mujer, Valérie Letard, se declaró “consternada” al ver cómo hoy en Francia “algunas disposiciones del Código Civil conducen [...] a una regresión del estatuto de la mujer”. En efecto, el código civil francés estipula que "si hay un error en la persona o en sus cualidades esenciales, el otro cónyuge puede solicitar la nulidad de la unión", explicó la abogada Isabelle Durand.
La conocida asociación feminista Ni Putes ni Soumises [Ni Putas ni Sometidas] deploró esta "regresión" y que "en Francia la virginidad pudiera ser considerada una cualidad esencial" y reclamó un cambio en la legislación. Pero el abogado del marido, Xavier Labbee, negó que la religión tuviera algo que ver con el veredicto. Numerosos juristas están de acuerdo con esa interpretación.
Por su parte, la oposición socialista denunció un dictamen que "se mofa del derecho de las mujeres a disponer de su cuerpo y vivir su sexualidad libremente, como los hombres". La célebre filósofa y feminista Elisabeth Badinter dijo que la Justicia "debería defender a las mujeres musulmanas, y no presionarlas".
"El resultado final será que algunas jóvenes musulmanas irán a hospitales para que les vuelvan a coser su himen", agregó.
"Cada año, hay en Francia unas 300 anulaciones. Y nadie se escandaliza cuando la anulación se hace por causa de impotencia o porque uno de los cónyuges ocultó que se había prostituido", advierte. La cláusula en cuestión ha sido usada para invalidar matrimonios en los cuales una persona descubrió después que el otro había ocultado un divorcio o tenía una incapacidad física o mental que hacía imposible llevar una vida sexual normal.
Aunque todo este asunto tenga apariencia de favorecer la intolerancia del esposo, en el fondo a quien va acabar protegiendo es a esta joven estudiante de enfermería de 20 años que podrá iniciar una nueva vida en libertad y lejos de la opresión
Los musulmanes representan cerca del 8% de la población en Francia, país que defiende vigorosamente su sistema laico y llega hasta prohibir todos los signos de pertenencia religiosa (velos islámicos, kipás, crucifijos, etcétera) en la administración pública y las escuelas.
como mola la foto, no llego a imaginar que este Blog tiene espacio para el sentido del humor, un descubrimiento interesante si todo lo escrito tambien pertenece al genero de humor, pero va ser que no que esto es serio.
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